Nunca había escuchado a nadie decir que Steam Deck es «saludable». Pero ahora que he escuchado sus motivos, tiene un punto

Nunca había escuchado a nadie decir que Steam Deck es «saludable». Pero ahora que he escuchado sus motivos, tiene un punto

Unos días atrás, mientras navegaba por YouTube me topé en la lista de recomendados con un vídeo del canal Cyber Dopamine titulado «cómo Steam Deck puede cambiarte la vida». No conocía al creador y el título me parecía súper exagerado, pero hice clic de todos modos para ver de qué iba el asunto. Por supuesto, es una charla en la que se discute la manera en la que la portátil de Valve se ha colado en el espacio dedicado al entretenimiento de nuestra vida diaria.

Lo que podríamos considerar unas impresiones genéricas de YouTube, vaya. Lo que verdaderamente me ha llamado la atención del vídeo, sin embargo, es que en cierto punto Cyber Dopamine llega a una conclusión interesante: «jugar a Steam Deck es más sano que ver redes sociales«. Woah. No lo había pensado mucho hasta ahora, pero creo que es un buen tema del que hablar.

Concretamente, el vídeo cita dos cosas que me han parecido muy bien traídas. Una de ellas es que a veces, los juegos pueden llegar a ser muy solitarios: las sesiones más intensas nos encierran en la habitación del ordenador. Pero Cyber Dopamine apunta que jugando a Steam Deck desde el sofá está cerca de su novia, se ven y se hablan; y lo cierto es que socializar me parece una manera saludable de consumir juegos y creo que todos estaremos más o menos de acuerdo en que compartir estas cosas también tiene su aquel.

La otra cosa que me ha gustado es que existe un rato específico del día en el que terminamos de trabajar, nos tiramos en el sofá de puro cansancio y pasamos las horas en redes sociales arrastrando la pantalla del móvil hacia abajo infinitamente con el cerebro apagado; pero en esa misma franja de tiempo, Steam Deck te lo pone fácil para hacer una actividad relajante, pero que te mantiene pensando e interactuando.

Cuando estamos cansados del trabajo y solo queremos relajarnos en el sofá, las redes sociales consumen un tiempo que tal vez antes le dábamos a los videojuegos

Por supuesto, todo eso no deja de ser más que la opinión de un individuo en internet y habría que ver qué piensan de ello los expertos en materia, pero lo cierto es que me estas ideas me parecen bastante sensatas y meritorias de compartir. Por otro lado, la idea de que «los videojuegos están compitiendo con las redes sociales por nuestro tiempo libre, y no ganan» es una narrativa que ya había escuchado anteriormente en el canal de Alanah Pearce (ex-IGN).

Juegos y redes sociales, compitiendo por tu tiempo

Hace un par de meses, Alanah hablaba de los problemas actuales de la industria triple-A: un periodo de crecimiento aparentemente ilimitado durante la era del COVID, seguido de unas expectativas de accionistas que ahora resultan imposibles de cumplir. En su vídeo, mencionaba que si bien los entusiastas genuinos de los videojuegos siguen ahí, ahora muchos consumidores ocasionales —a menudo «invisibles» en nuestro entorno de foros y medios especializados— han saltado a Tiktok o Instagram.

Steam Deck

Estos últimos son formas de entretenimiento mucho más accesibles porque una vez abres la aplicación todo está diseñado cautelosamente para atraparte según tus gustos y hábitos de consumo sin ninguna clase de input o pago, y por su parte los videojuegos parecen haber agotado todas sus «balas» para colarse en la vida de más gente: el formato free-to-play, los juegos para móviles o las conexiones con canales sociales como Twitch son ideas asentadas, ya han atraído a sus públicos y lo tienen difícil para abrirse a más personas. Es un medio maduro, que no sabe cómo seguir creciendo.

Es un vídeo muy interesante y que te recomiendo ver si tienes tiempo y curiosidad por aprender más acerca del estancamiento de la industria, pero la moraleja es: las compañías grandes del mundillo de los videojuegos se han estrellado contra un muro que es muy difícil de sobrepasar, no encuentran vías para crecer y resultar atractivas para los inversores. Y en parte, eso se debe a que las redes sociales se han vuelto mucho tan adictivas que lo tienen difícil para competir con ellas.

Así que la solución, o al menos la manera de combatir estas realidades, consiste en jugar más a videojuegos y consumirlos de la manera en la que tú prefieras. Incluso si no compras microtransacciones o pases de batalla, tener una persona más jugando al juego X le dice al editor que hacer una secuela de X es viable y resta viabilidad a quienes hacen dinero en redes sociales. Pero es algo que tiene que salir de uno mismo, porque si fuera un compromiso, ya no estaríamos hablando de entretenimiento: sería algo más parecido a un trabajo.

Volviendo a Steam Deck, creo que realmente sí es un paso adelante a la hora de (como mínimo) facilitarle a la gente la tarea de jugar a videojuegos o insuflarle algo de vida al medio porque es algo que puedes hacer en compañía de tu familia o seres queridos y en un momento de la vida adulta en la que pocos quieren arrastrarse a la silla y que se termina cediendo a los móviles y las redes.

Claro, esto mismo también se aplica a las consolas portátiles y a otros PC de mano que tan de moda se han puesto a lo largo de los últimos años; simplemente el de Valve ha tenido el protagonismo en esta ocasión porque es donde mucha gente juega a los juegos más populares.

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Nunca había escuchado a nadie decir que Steam Deck es «saludable». Pero ahora que he escuchado sus motivos, tiene un punto

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por
Mario Gómez

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