Tengo la sensación de que los japoneses enfocan las escenas de amor en videojuegos pensando que el jugador no ha tocado hierba en su vida

Tengo la sensación de que los japoneses enfocan las escenas de amor en videojuegos pensando que el jugador no ha tocado hierba en su vida

Seguro que a ti también te pasa. Estás viendo una peli o una serie con tu pareja o con tus padres, se produce una escena de sexo o especialmente sensual y no pasa nada. Todos os quedáis mirando a la pantalla como si tal cosa. Sin embargo, si estás jugando a un videojuego y se inicia una escena picante, la cosa cambia. Tu padre te mira raro, tu madre te juzga con la mirada y tu pareja sospecha.

Como acto reflejo, te pones a dar explicaciones, pausas la pantalla o miras de reojo si quien está contigo en el salón está prestando atención a lo que estás jugando o no. ¿Por qué nos pasa esto? Para empezar, no quiero parecer un mojigato. Me gustan las escenas de sexo, me gusta jugar con personajes sensuales; no tengo ningún problema con eso, pero cuando estos personajes están en un videojuego, me suele dar mucho palo. Y no es precisamente por ellos.

Esto me pasó recientemente durante el análisis de Atelier Yumia. El último JRPG de Gust me encantó, pero mantiene y exagera algo que es ya habitual en la saga: la hipersexualización de sus protagonistas masculinos y femeninos. Los planos y secuencias siempre intentan grabar alguna teta bamboleante o algún vientre especialmente marmoleado.

Adrian Sexo 4

Atelier Yumia

El problema no son ellos, es la cámara

El problema no es que los enseñen, es cómo los enseñan, como si el jugador fuera un mirón, un pervertido observando un baño del sexo opuesto a través de un agujerito. Son planos rápidos que hacen zooms muy precisos y vuelven a la acción. Cuando esto ocurre, miro de reojo a quién está a mi lado. Me mira a mí y me toca dar explicaciones de «¡ay, estos japoneses, cómo son!».

Le repito a mi pareja: «¡ay, estos japoneses. Por lo menos no hay ningún tentáculo ja-ja»!

Lo peor es que si pauso la partida en busca de una imagen estática con muchos numeritos poco sexis para disimular, Atelier Yumia me da una escena todavía más sugerente. Aparecen todas las chicas del grupo apretándose entre ellas. Me vuelvo a sonrojar y le repito a mi pareja: «¡ay, estos japoneses. Por lo menos no hay ningún tentáculo ja-ja»!

Honestamente, creo que todo esto se podría solucionar manteniendo a la gente tan sexi de protagonista pero cambiando la dirección de las escenas, y también se podría hacer otra cosa. Me encantaría que si un videojuego está poblado de hombres y mujeres tremendamente atractivos, que se lo dijeran entre sí. Los juegos japoneses suelen estar protagonizados por chavales de entre 15 y 20 años, y todos sabemos cómo andan las hormonas en esa época. Los calentones deberían meterse con naturalidad en la narrativa. Porque si el sexo, la atracción y la sensualidad es coherente, todo se entiende mejor.

Adrian Sexo 3

The Silent Kingdom

Me fastidia que si todos son guapísimos, no se lo digan entre sí

Un ejemplo de hacer bien las cosas es Mass Effect 2. Amo Mass Effect 2, qué bueno es, madre mía. En este RPG está Miranda, que es súper atractiva. El juego insiste en filmarle el culo sin parar. Tengo su culo grabado a fuego en la mente de tantas veces que jugué a este título. Pero Mass Effect 2 lo hace por algo. Una vez que conocemos más a Miranda, entendemos que ser fantástica físicamente es parte de su historia. La crearon genéticamente perfecta, culo incluido. La continua mirada de la cámara ayuda a entender esto y lo incómoda que se siente de tanta miradita.

A Miranda la crearon genéticamente perfecta, culo incluido

Menciono Mass Effect 2 porque, aunque sea un RPG hecho en Canadá, es un un juego muy JRPG. Bioware nunca ha ocultado su pasión por Final Fantasy VII y lo mucho que le influyó el género japonés para hacer sus propios juegos. Lo mismo ocurre con un RPG español que me ha encantado descubrir este año, se llama The Silent Kingdom. Este videojuego también es muy sexi. La protagonista es una princesa preciosa, sus compañeros de aventuras son dos chicos guapísimos… Y el juego no escatima en ponerlos en situaciones delicadas y sensuales.

La gracia de The Silent Kingdom es que introduce esa tensión sexual en su ritmo narrativo. Te cuesta mucho tomar decisiones porque el juego te mete muchísimo en la cabeza de la princesa. Logra que entiendas que está encantadísima con los dos y favorecer a uno puede provocar perder al otro (team Séneca siempre). Esto lo combina con el diseño de su universo. Está lleno de maldiciones sexis, de secundarios sexis, y de misiones sexis, pero siempre desde la sutileza, siempre manteniendo una fascinante tensión sexual.

Adrian Sexo 2

Mass Effect 3

El sexo tendría que estar más presente en las historias

Con estos tres ejemplos sobre la mesa, creo que el problema es que hay muchos videojuegos japoneses que enfocan el sexo pensando que el jugador nunca ha hecho el amor. Que a lo más que ha llegado es a mirar a través de un agujerito. Sin embargo, se puede hacer muchísimo más con lo sensual, y Mass Effect 2 y The Silent Kingdom son dos ejemplos perfectos de eso.

No se trata de ser más puritano ni de censurar escotes, sino de ir un paso más allá. Yo no quiero explicarle a mi pareja que los japoneses son unos guarrindongos de cuidado, sino contarle que en tal universo son todos guapísimos y que eso es consecuente con el argumento. Algún día ocurrirá esto, y será genial. Mientras tanto, a verle los pies a Quiet muriéndonos de vergüenza.

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Tengo la sensación de que los japoneses enfocan las escenas de amor en videojuegos pensando que el jugador no ha tocado hierba en su vida

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3DJuegos

por
Adrián Suárez

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