El lobo se cuela en el Congreso. Otra vez. Y en esta ocasión con consecuencias tan rotundas y tras un giro tan inesperado que incluso ha llamado la atención de la prensa extranjera. Ayer la Cámara Baja avaló que el lobo pierda el blindaje que había logrado en 2021 y pueda cazarse de nuevo al norte del Duero, algo que el PP había intentado en 2024. Es más, el Congreso también ha abierto la puerta a que si el marco legal comunitario cambia (y en Bruselas ya trabajan para que así sea) la protección del lobo se rebaje al sur del río.
Lo curioso es el atajo que se ha usado para retocar el marco legal del lobo: la ley sobre desperdicios alimentarios.
¿Qué ha pasado? Que el lobo ha empezado a perder su blindaje legal en España. O lo que es lo mismo, volverá a cazarse. De momento al norte del Duero, aunque una vez cambie el marco normativo comunitario (algo en lo que ya trabaja la Comisión Europea) su protección también podría rebajarse al sur. El paso clave para esa modificación normativa se dio ayer en el Congreso gracias a los votos del PP, Vox, Junts y PNV.
¿Qué ha cambiado exactamente? El marco legal. Ayer, durante la tramitación de la Ley de Desperdicio Alimentario, la Cámara Baja dio luz verde a varias enmiendas centradas en el lobo y que básicamente devuelven la especie a la situación en la que se encontraba antes de 2021, cuando se añadió al Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespres), lo que en la práctica vetó su caza al norte del Duero, algo que ya ocurría al sur del río.
Para ser precisos, ayer el Congreso votó varias cosas, no siempre con el mismo reparto de apoyos (Junts se abstuvo en una enmienda y respaldó otras, por ejemplo). Los puntos más importantes son básicamente dos. El primero es un cambio en el Real Decreto que desarrolla el Lespres para eliminar la protección de las poblaciones de lobo al norte del Duero, permitiendo que las autonomías decidan sobre su caza.
¿Y la otra modificación? El segundo cambio mira más allá, tanto en el calendario como a nivel territorial. Durante la votación de ayer el Congreso abrió la puerta a que pueda rebajarse la protección del lobo también al sur del Duero si se modifica el blindaje legal del lobo a nivel comunitario. Quizás suene a algo lejano o abstracto, pero no es así.
La UE ya ha activado su maquinaria administrativa para rebajar el estatus del que goza ahora la especie y pase de «estrictamente protegido» a «protegido». En diciembre la propia CE informaba de que su propuesta había logrado el respaldo del Comité Permanente del Convenio de Berna. Y una vez superado ese escollo inicial no ha tardado en ponerse manos a la obra para retocar la Directiva de Hábitats.
¿Cómo lo han conseguido? En España el lobo lleva tiempo protagonizando crónicas políticas. Eso no es nuevo. En abril de 2024 el Congreso ya dio un primer paso en la misma dirección para que la especie dejase de ser intocable. Lo realmente curioso del movimiento de ayer, más allá del fondo, es la forma. El cómo se ha hecho. El PP aprovechó la tramitación de la nueva Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario para incorporar su enmienda sobre la caza del lobo durante el trámite previo en el Senado.
El giro resulta tan curioso que ha llamado incluso la atención de la prensa internacional, aunque la enmienda popular ha logrado conectar ambos temas: los desperdicios alimentarios y el estatus legal del lobo. Su principal argumento es que con sus ataques a ovejas y vacas afectan directamente al sector, generando toneladas de residuos.
«Suponen un impacto en la generación de alimentos de explotaciones ganaderas de cuatro millones de kilos de carne, dado que fueron más de 14.000 las reses muertas entre terneros, vacas, potros y ovejas», recoge la enmienda. Antes incluso de la votación en el Congreso, la Asociación para la Defensa y Estudio del Lobo Ibérico (Ascel) ya tachaba de «ofensivo» y «abuso de poder» que se abordarse el estatus legal del lobo en una ley dedicada a los desperdicios.
¿Ha habido reacciones? Sí. En todos los sentidos. Para el PP el objetivo es «acabar con la pesadilla» que viven miles de ganaderos. La ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, lo ve de forma distinta y advertía el miércoles que rebajar la protección del lobo en España sería un movimiento “precipitado, imprudente” y “contrario a la ciencia”.
Fuera del arco político la medida ha generado reacciones distintas. Ayer la Real Federación Española de Caza (RFEC) celebraba una decisión que, a su parecer, ayudará a «la conservación» de la especie y su «coexistencia» con la ganadería. En otro comunicado de tono mucho más duro Ecologistas en Acción hablaba de «odio» y «matanzas», y advertía: la enmienda «da la espalda a la ciencia».
¿Qué dicen las cifras? Hace poco Juan Carlos Blanco, experto en la especie, explicaba a El País que ahora mismo en España hay entre 330 y 340 manadas de lobos, lo que se traduciría en unos 2.300 animales. La inmensa mayoría (95%) se distribuyen en zonas afectadas por el cambio normativo avalado por el Congreso, en Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria. El Ministerio para la Transición Ecológica advertía estos días de que está recogiendo datos precisamente para avanzar en su «gestión responsable».
Si el lobo se ha colado en el debate político, tanto el español como el europeo, es por otro aspecto: su impacto en el rural y la ganadería. Hace justo un año el PP advertía de que comunidades como Cantabria o Galicia están dando «subvenciones para la protección de sus ganaderías» porque «hay de media 35 ataques al día».
Es más, calculaba que desde que se había blindado legalmente al lobo el número de animales perdidos superaba el millón. Ahora, una vez la nueva modificación se publiqué en el BOE, serán las autonomías las que determinarán a cuántos lobos podrá dársele caza.
Imágenes | AR Escuela Superior de Medio Ambiente (Flickr) y Rjime31 (Flickr)
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La noticia
El Congreso se puso a regular los desperdicios de comida en España. Y ha terminado aprobando la caza de lobos
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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