La inminente publicación, prevista para julio, del plan de acción sobre inteligencia artificial impulsado por Trump ha generado grandes expectativas en el sector tecnológico. La propuesta aspira a resolver el debate jurídico sobre el copyright, estableciendo que el uso de obras protegidas por derechos de autor para fines de entrenamiento de modelos de IA se considere «uso justo».
Según la visión que plantea este plan de acción, contar con un acceso ilimitado a datos para entrenar modelos sería fundamental para mantener la competitividad y, en particular, para contrarrestar el avance de China en esta área.
Un debate que condicionaría la posición de Estados Unidos en el terreno de la IA
En la actualidad, existe un gran debate abierto tanto en la calle como en las instituciones gubernamentales y empresas sobre si el uso de material protegido por derechos de autor en los modelos de IA se consideraría un principio justo.
Mientras algunos defensores de los derechos de autor sostienen que la utilización de obras creativas en estos procesos podría desplazar a los creadores originales y devaluar la producción cultural, empresas como OpenAI argumentan que el proceso de aprendizaje de los modelos transforma las obras de origen, extrayendo patrones, estructuras lingüísticas e ideas contextuales. En este sentido, OpenAI defiende su metodología con las siguientes declaraciones:
«Los modelos de OpenAI están entrenados para no replicar obras para consumo del público. En cambio, aprenden de las obras y extraen patrones, estructuras lingüísticas e ideas contextuales.»
«Esto significa que nuestro entrenamiento del modelo de IA se alinea con los objetivos fundamentales del copyright y la doctrina del uso justo, utilizando obras existentes para crear algo completamente nuevo y diferente sin erosionar el valor comercial de esas obras.»
Además, en medio de decenas de litigios, un juez sentaba precedente a favor de un fallo que determinó que el entrenamiento de IA no se consideraba uso justo, al constatarse que los resultados generados amenazaban con sustituir a un reconocido servicio de investigación legal. Frente a este panorama, OpenAI apuesta por el hecho de que el plan de Trump sirva para revertir esta tendencia en demandas de gran envergadura, como la promovida por The New York Times.
Desde la perspectiva de OpenAI, el entrenamiento basado en grandes volúmenes de datos es la clave para liderar la revolución tecnológica. Según la compañía, restringir el acceso a información valiosa no solo perjudicaría la innovación, sino que colocaría a Estados Unidos en desventaja respecto a potencias como China. En una publicación donde recomienda ciertas acciones a la Administración Trump, la firma advierte:
«Si los desarrolladores de la RPC tienen acceso sin restricciones a los datos y a las empresas estadounidenses se les niega el acceso por uso justo, la carrera de la IA se acabaría,»
«Estados Unidos pierde, al igual que el éxito de una IA democrática. En última instancia, el acceso a más datos de la mayor variedad de fuentes garantizará el acceso a innovaciones aún más potentes que aporten un conocimiento aún mayor.»
Para OpenAI, facilitar el «derecho a aprender» mediante un marco jurídico que respalde el uso de datos protegidos es imprescindible para evitar que el liderazgo tecnológico se traslade a países con normativas menos restrictivas.
Lo que propone el plan de acción y las recomendaciones de OpenAI
La estrategia planteada incluye una serie de medidas orientadas a contrarrestar la fragmentación legislativa que afecta actualmente a la industria de la IA en Estados Unidos. Con cientos de leyes estatales (según Ars Technica se han registrado 832 iniciativas en 2025, muchas inspiradas en la rigurosidad normativa de la Unión Europea), las empresas tecnológicas estadounidenses temen que se impongan cargas de cumplimiento que limiten la competitividad y que otras naciones como China se pongan al frente de la carrera por liderar la IA.
OpenAI propone que el gobierno federal establezca una ley que prevalezca sobre las normativas estatales restrictivas en materia de privacidad y tecnologías como los deepfakes, fomente una colaboración voluntaria entre el sector público y privado para compartir conocimientos y modelos a cambio de protecciones legales, y lidere las discusiones internacionales sobre copyright para evitar que normativas extranjeras limiten la competitividad de las empresas estadounidenses.
Para la compañía, estas medidas se presentan como «esenciales para salvaguardar tanto la innovación tecnológica como la seguridad de los ciudadano».
La preocupación se intensifica al observar desarrollos como el modelo de código abierto DeepSeek, que ha demostrado avances significativos en el terreno de la IA. La compañía alerta de que:
«Los rápidos avances observados con DeepSeek de la RPC, entre otros desarrollos recientes, demuestran que la ventaja de Estados Unidos en la IA de vanguardia está lejos de estar garantizada.»
Queda pendiente averiguar cuál es el desenlace del plan de acción sobre la IA en Estados Unidos, pues será la guía que indique a las empresas y al país cómo actuar ante toda la innovación que está surgiendo alrededor del sector.
Imagen de portada | OpenAI
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La noticia
OpenAI defiende que la IA coja todo lo que quiera de Internet. Y temen que en unos meses se les acabe el chollo
fue publicada originalmente en
Genbeta
por
Antonio Vallejo
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