Las lluvias torrenciales nos han recordado por qué los neumáticos de invierno marcan la diferencia. Incluso cuando no hay nieve

Las lluvias torrenciales nos han recordado por qué los neumáticos de invierno marcan la diferencia. Incluso cuando no hay nieve

España lleva días sumida en un escenario de lluvias persistentes, frío en muchas partes del país (agudizado por la humedad) y nieve en algunos casos. Son las condiciones ideales para tener claro por qué pueden merecer la pena unos neumáticos de invierno.

Incluso, si no hay nieve.

Dos situaciones vividas con resultados completamente diferentes en las últimas semanas son su confirmación.

Unos neumáticos de invierno para cuando no hay nieve

Neumáticos de invierno y nieve son casi inseparables en el imaginario colectivo. Tiene sentido si pensamos que es la única manera de seguir circulando cuando la carretera se ha puesto tan complicada que se corta la vía para todos aquellos que no cuenten con cadenas o estos zapatos para sus coches.

Pero, además, no sólo es que los neumáticos de invierno nos permitan salir adelante cuando son necesarias las cadenas. Además, son más seguros porque el control del coche es más sencillo, no nos obliga a maniobrar con un accesorio que rara vez ponemos en el coche (si llegamos a ponerlo en alguna ocasión) mientras lidiamos con una temperatura gélida.

Y, por si fuera poco, tampoco corremos el riesgo de destrozar los neumático si no estamos atentos. Esto último es lo que sucede cuando no retiramos las cadenas a tiempo y el hielo ya ha desaparecido de la vía.

Como decimos, estas son las situaciones más extremas pero no las únicas en las que son necesarios unos neumáticos de invierno. Cuánto los echamos de menos, por ejemplo, en nuestra toma de contacto abortada del Ford Capri, cuando subiendo el Puerto de Navacerrada tuvimos que darnos la vuelta. Experiencia que te contamos en este artículo.

En esas estábamos, en la idea de encontrarnos con la nieve y comprobar de primera mano de qué eran capaces los neumáticos de invierno en nuestra toma de contacto del DS 7 Crossback, SUV de la compañía que se ha renovado y se ofrece ahora con nuevas mecánicas híbridas enchufables.

Pero, como el tiempo es caprichoso, quiso entonces que nuestra visita al Pirineo Aragonés estuviera marcado por la lluvia pero, ni mucho menos, por la nieve. Incluso teníamos una ruta offroad preparada para comprobar de qué era capaz un coche que nunca esperas sacarlo del asfalto si le ponemos unos Michelin CrossClimate 2.

Y el resultado fue sorprendentemente bueno. Es cierto que la ruta no presentaba grandes complicaciones para un todoterreno pero sí tenía cierto desafío para un coche que no está diseñado para pasar tramos donde el barro nos obligaba a mantenernos en nuestro sitio, ser suaves y constantes con el pedal del acelerador  y, sobre todo, maniobrar con suavidad.

Desde luego, si algo permitió pasar al DS 7 Crossback por la ruta elegida fue por los neumáticos. Porque no hace falta la nieve para comprobar por qué son interesantes unos neumáticos de invierno.

Neumáticos

Rendimiento de los neumáticos en función de la temperatura: 1.- Neumáticos nórdicos. 2.- Neumáticos de invierno. 3.- Neumáticos all season. 4.- Neumáticos de verano.

Motivos de seguridad

Lo primero que pensé cuando empezamos a enlazar barro, barro y más barro en nuestra ruta offroad con el DS 7 Crossback es que en nuestra situación se podía encontrar cualquiera al que le guste salir al campo, meta el coche por una pisa sencilla y, ya tarde, se de cuenta de que se ha metido en un lío.

Hay mil ejemplos. Desde el senderista que acerca el coche a una ruta, al que quiere acercar a los niños a la nieve y se encuentro que la carretera está en peor estado de lo que pensaba. Pasando por el pescador que quiere pasar una mañana en un embalse y disfrutar de la tranquilidad. Conozco quien, en este último caso, casi acaba dentro del agua con el coche. Aquel día, los neumáticos apenas traccionaban en un paso con barro que, en realidad, era más profundo de lo que parecía a simple vista.

Con un poco de tacto es algo que evitamos por completo. En nuestro caso, los Michelin CrossClimate 2 están pensado para ser montados en todas las estaciones pero tienen certificación invernal (M+S y 3PMSF). Estas últimas siglas (M+S de Mud + Snow, barro y nieve en inglés, y Three Peak Mountain Snow Flake, que se puede identificar también con una montaña de tres picos) es lo que exige la DGT para circular con neumáticos como alternativa a las cadenas.

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No hace falta que la carretera esté completamente nevada para comprobar la eficacia de los neumáticos de invierno

La goma en este caso está estructurada con grandes ranuras en forma de V. Ese dibujo le permite desaguar con mayor rapidez. Mueve mucha más cantidad de agua y aumenta el capacidad de tracción en situaciones de barro (como la vivida en el Pirineo Aragonés) o con hielo y nieve (la vivida en el Puerto de Navacerrada). Pero también, sencillamente, con lluvia.

Circular estos días por la Comunidad de Madrid es comprobar los problemas que tienen algunas carreteras para drenar el agua que está cayendo. Unos neumáticos de invierno dificultan caer en el temido aquaplaning porque, como decíamos, despejan una cantidad de agua muy por encima de los neumáticos de verano.

Esto es especialmente importante si, además, la temperatura del asfalto es baja, como está sucediendo estos días. En esas condiciones de frío y lluvia, el rendimiento de un neumático de verano es mucho peor y el de invierno le gana (con mucho) la partida. Sobre todo si la temperatura ha caído por debajo de los siete grados.

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La estructura del neumático con grandes surcos en V facilitan desaguar mayor cantidad de líquido y mejoran la frenada con el suelo mojado

Recoge la DGT que un neumático de invierno necesita 32 metros para detener el coche cuando la carretera está mojada y hace frío cuando se circula a 50 km/h. En las mismas condiciones, un neumático de verano se irá por encima de los 60 metros. Ese extra de seguridad bien merece el dinero si vivimos en zonas donde las lluvias son muy habituales y las temperaturas en verano no son especialmente altas.

También hay espacios que guardan los neumáticos y los protegen durante el invierno o el verano para intercambiar gomas dos veces al año. Cada uno tiene que valorar si el mayor gasto en neumáticos en los meses más cálidos le obliga o no a hacer el cambio o, sencillamente, le es suficiente con mantenerlos todo el año.

De hecho, Daniel Cuadrado, probador con más de 30 años de experiencia y director de AutoScout24, nos aseguraba que: «son neumáticos caros pero salvan vidas. En temperaturas extremas no son tan buenos como unos de verano pero dan un rendimiento muy bueno en un amplísimo margen de temperaturas».

En RACE también señalan la amplia capacidad que han ganado los neumáticos de invierno y los all season en los últimos años con un interesante gráfico en el que se comparan las frenadas. No hay que confundir estos últimos con los primeros porque si en los all season no se especifica el símbolo de la montaña de tres picos no podremos circular en condiciones de nieve.

Si en nuestro día a día nos movemos por entornos de temperaturas suaves que en verano se convierten en un horno, no merece la pena invertir en ellos, especialmente si las lluvias no son habituales. Pero si vivimos en un lugar donde las temperaturas frías o extremas son más usuales, de vez en cuando hacemos alguna escapada a la montaña o un camino que nos pueda complicar el día y, sobre todo, si pasamos nuestros días en zonas montañosas donde el frío el hielo y la nieve son nuestro pan de cada día, merece y mucho invertir dinero en ellos.

Incluso, como decíamos, si no vamos a circular por la nieve.

Foto | Xataka

En Xataka |  Todo lo que aprendí el día que me sorprendió la nieve: consejos para conducir con hielo cuando la situación se complica


La noticia

Las lluvias torrenciales nos han recordado por qué los neumáticos de invierno marcan la diferencia. Incluso cuando no hay nieve

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Xataka

por
Alberto de la Torre

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