Herencia de la Unión Soviética, Ucrania tiene los dos aviones más grandes del mundo (si no contamos el monstruoso Stratolaunch, claro). O tenía. Por un lado, una bestia con alas llamada Antonov An-225, un modelo único en el mundo que contaba con una gran capacidad de carga y que podía llevar naves espaciales en su lomo. Por otro lado, el Antonov An-124, otro modelo de carga algo más pequeño. Con el inicio de la guerra de Ucrania, ambos quedaron atrapados.
Ahora el An-124 vuelve a surcar los cielos, y supone mucho más que volver a ver volar a este gigante.
Monstruos soviéticos. En el contexto de la Guerra Fría, una de las batallas era la del “yo más”. Estados Unidos volaron por primera vez en 1968 el imponente Lockheed C-5 Galaxy para transporte de tropas, convirtiéndose en el nuevo avión más grande del mundo. La Unión Soviética no se iba a quedar de brazos cruzados y comenzó a trabajar en su réplica. Así, dos empresas (Aviastar-SP en Uliánovsk, Rusia, y AVIANT en Kyiv, Ucrania) emprendieron las labores de diseño y rpuebas en paralelo.
El resultado fue el An-124, un enorme avión de carga con un frontal imponente que es similar físicamente al Lockheed C-5 Galaxy, pero algo más grande. Fue introducido en 1986 y, apenas dos años más tarde, apareció el An-225 Mriya. Fruto de AVIANT (actual Antonov) una versión más grande, con seis motores y con una envergadura que impedía que aterrizara en el 65% de los aeropuertos de todo el mundo. A fin de cuentas, aunque era un avión de carga, estaba enfocado al transporte del transbordador soviético Burán y cualquier otro elemento del programa espacial soviético.
Ver esto en directo debió ser impresionante
Batalla del Aeropuerto Antonov. Y si hablo del Antonov An-225 en pasado es porque, con el inicio de la guerra de Ucrania, tanto el An-225 como el An-124 con matrícula UR-82073 quedaron atraparos en uno de los aeropuertos de Ucrania. Como es lógico, por motivos de seguridad, se suspendieron los vuelos y las naves quedaron abandonadas a su suerte en el aeropuerto de Hostómel.
El An-225 que una vez sorprendió al mundo, quedó completamente destrozado. En un principio, el piloto del avión dijo que la nave estaba intacta, pero poco después se confirmó la destrucción de la misma. Esto supuso más que la destrucción de un avión porque sí, el An-225 hacía pocas misiones al año (ponerlo en el aire cuesta un millón de dólares), pero era un símbolo de Ucrania.
El An-225
UR-82073. El An-124 no es tan único debido a que Rusia tiene un par de docenas, Ucrania otros siete y hay unidades propiedad de otros países, pero el UR-82073 se ha convertido en otro símbolo de resistencia ucraniana. Además, es un modelo muy importante para el transporte de mercancías en Europa. También abandonado, consiguió lo que su hermano mayor no: sobrevivir a los bombardeos.
Quitando lastre ruso. Los últimos tres años, la nave estuvo parada y parcialmente desmontada, pero desde Antonov han estado trabajando en secreto con un objetivo: modernizarla. Estas labores comenzaron antes de la guerra con el objetivo de reemplazar los componentes clave rusos por piezas fabricadas en Ucrania y en occidente. La invasión rusa modificó los planes y pilló a los operarios con el trabajo a medias, pero siguieron trabajando y, hace apenas unos días, el An-124-100 Ruslan, ahora rebautizado como Irpin, ha vuelto a surcar los cielos.
Vuelo furtivo. Vuelo simbólico. Con un morro que orgullosamente muestra un “Be brave like Irpin” -”Se valiente como Irpin”-, ahora cuenta con nuevos sistemas de aviónica y navegación que cumplen los estándares actuales. Irpin es una ciudad ucraniana ubicada al oeste de Kyiv que jugó un papel relevante al comienzo de la guerra y el pasado 11 de julio, el avión surcó el cielo ucraniano con el transpondedor apagado hasta cruzar a Polonia.
El transpondedor es una pieza que da información en tiempo real sobre la nave como su ubicación y altitud, y todo apunta a que Ucrania no quería que Rusia supiera que el UR-82073 estaba de nuevo en el aire. ¿Su destino? Leipzig, en Alemania, donde Antonov tiene su nueva base de operaciones.
La propia Antonov compartió el vídeo de la hazaña hace unos días y son ellos los que afirman que “la reubicación del «Ruslan» no fue solo una decisión técnica, sino un símbolo de resiliencia, profesionalismo y unidad de los constructores aeronáuticos ucranianos. El «Ruslan» modernizado seguirá volando y prestando servicio a Ucrania en el ámbito internacional.”
¿Y el An-225? Final feliz para el An-124, pero… ¿Ucrania va a dejar como si nada la destrucción del An-225? Cuando dije que había un solo An-225, era una verdad a medias. Realmente había un completo y operativo, pero tenían uno “a la mitad” guardado. Como es un avión tan poco práctico, no se consideró necesario terminar la segunda unidad, aunque hubo un conato de acuerdo con China para suministrar varias unidades que nunca se concretó.
En julio de 2024, sin embargo, la situación dio un vuelco. David Lomdzharia, presidente del conglomerado estatal de defensa de Ucrania, afirmó que quieren reconstruir el An-225 Mriya a partir de ese segundo fuselaje incompleto. Lleva guardado desde la época soviética, por lo que no se conoce el estado, pero Antonov ha dicho que ya han empezado el trabajo y que costaría unos 500 millones de euros.
Al final, si Ucrania reconstruye el An-225, lo haría por motivos más simbólicos que prácticos, pero hay que esperar a ver porque no hay fechas ni nada sobre la mesa. Al menos, de forma pública.
Imágenes | Tapia379, Oleksandr Ratushniak, Dmitry A. Mottl, Antonov
–
La noticia
Ucrania ha devuelto la vida a uno de sus gigantes del cielo: el mítico An-124 llevaba años atrapado y ahora vuela de nuevo
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
.