Siempre se ha querido cuestionar el valor de los videojuegos fuera del mundo del arte y del entretenimiento. Si producen adicción, si afectan psicológicamente para mal, o si empobrecen o mejoran habilidades psicomotoras. Es imposible estar ajenos a cómo incluso hoy algunos medios siguen sin pintar a los videojuegos de la mejor manera.
En 2013 Gryffin Sanders, un niño estadounidense de apenas diez años, tuvo que pasar uno de los sustos más grandes de su vida para poder dar fe de primera mano de los efectos positivos de los videojuegos en el mundo real. Estaba en el coche junto con su hermano pequeño de cuatro años siendo llevado por su bisabuela, cuando de improvisto y en medio de una conversación, ella pierde el conocimiento al volante.
«¿Mi primer pensamiento fue, esto es una prueba o qué?», dijo el niño en declaraciones a la televisión americana. Al susto de ver a la anciana desvanecerse, tuvo que acompañarle la sangre fría de hacer algo al respecto. Intentar despertarle no funcionaba, así que tuvo que hacer la única otra cosa que se le ocurría: tomar el volante.
A 100 kilómetros por hora por una carretera comarcal, Griffin consiguió maniobrar el vehículo que se estaba desviando al carril contrario y por el que venía un coche de frente. Con el pie de su bisabuela en el acelerador y sin mayor conocimiento de los controles del vehículo, decidió sacarlo de la carretera, y mandarlo directo a un charco de barro que terminó de frenarlo.
Fue ya parados cuando los vecinos se acercaron al coche para ayudar, pudieron dar con los padres y ayudar a la anciana, quien había tenido un leve infarto del que pudo recuperarse en el hospital. Pasado el susto y bromeando con los medios, el niño aclaró que sabía un poco conducir por haber jugado muchas horas al Mario Kart, lo que en el momento le hizo tener la agilidad suficiente para agarrar el volante. Eso no quita el mérito de tener una gran sangre fría en un momento crucial, claro, ya que su propia madre admitió que a ella le habría costado salir del shock y reaccionar tan rápido en su situación.
Lo cierto es que fuera de la valentía de este niño en concreto, investigadores sí han respaldado que jugar a Mario Kart hace a uno mejor conductor. Un estudio realizado en Hong Kong en 2016 sacó a relucir que jugadores del título de Nintendo mejoraban considerablemente su coordinación ojo-mano, frente a sujetos que jugaban a otro tipo de juegos más pausados tipo simulación. No solo eso, en 2014 otro estudio también dictaminó que era un importante inyector de serotonina, capaz de reparar el ánimo y aliviar frustraciones.
Imagen: USA Today
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La noticia
Un niño de diez años salvó a su familia de un accidente de coche. Dijo que no lo habría conseguido de no ser por Mario Kart
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3DJuegos
por
Miguel Solo
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