Aunque se ha ganado a pulso la fama de bocachancla, Elon Musk también puede acertar en sus predicciones. A mediados de 2024 predijo que este año veríamos fallos en la red eléctrica porque no estaba preparada para los niveles actuales de demanda. Y así está siendo en buena parte del mundo.
La predicción de Musk. Primero, la escasez fue de chips. Ahora, el cuello de botella está en los transformadores de voltaje. A la electrificación que ya estaba en marcha se ha sumado la computación dedicada a la IA, que se multiplica por diez cada seis meses. «Nunca he visto una tecnología avanzar tan deprisa», dijo el empresario en la Bosch Connected World 2024.
Lo que entonces sonaba a hipérbole se ha convertido en un problema tangible apenas 18 meses después. Las dificultades para conectar nuevos centros de datos, los cortes de luz durante las olas de calor y la escalada del precio nocturno de la electricidad son ya síntomas de una red vieja e inflexible que se queda corta para los tiempos que corren.
La demanda está desbocada. En Italia, las solicitudes de conexión a la red de nuevos centros de datos alcanzaron los 42 gigavatios en marzo de 2025, un salto espectacular desde los 30 GW registrados a finales del año pasado. Este crecimiento del 40% en apenas un trimestre evidencia una demanda energética voraz impulsada principalmente por la IA.
El apetito energético de la IA generativa no es un secreto en Silicon Valley. La energía renovable se ha quedado corta debido a la lenta expansión de las baterías, y empresas como Microsoft, Amazon y Meta están invirtiendo en reactores nucleares para alimentar sus centros de datos.
Un verano de apagones. El verano de 2025 está sirviendo como un duro recordatorio de la fragilidad de nuestras redes eléctricas. El 1 de julio, una ola de calor provocó un apagón en Florencia. La causa: una sobrecarga en la red por la demanda de aire acondicionado y el sobrecalentamiento de los cables subterráneos.
No fue un caso aislado. Países como Kuwait y Bangladesh decretaron cortes programados de electricidad por las olas de calor. Las redes operan con márgenes cada vez más estrechos, como vimos en España con el apagón del 28 de abril. No hace falta un evento catastrófico para desencadenar un colapso: las estaciones que controlan la tensión están al límite.
El problema de fondo. La electrificación, el aire acondicionado y la explosión de la IA no es la causa raíz del problema. Tampoco la falta de generación o de almacenamiento. El problema de fondo es el abandono de la infraestructura que lo conecta todo. Por cada dólar que se invierte en generar electricidad, apenas se destinan 40 céntimos a las redes, según la Agencia Internacional de la Energía
Estamos construyendo un sistema energético del siglo XXI sobre una infraestructura del siglo XX. La advertencia de la IEA es tan clara como la de Musk: «sin acción, las redes eléctricas serán el cuello de botella de la transición energética». La predicción de Elon Musk no era una fantasía futurista; era un diagnóstico de una enfermedad que el sistema eléctrico ya padecía.
Imágenes | Bosch, Dr. Maik Koch
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La noticia
La predicción de Elon Musk que sí se ha hecho realidad: la red eléctrica no estaba preparada para el 2025
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Xataka
por
Matías S. Zavia
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