España se vino abajo. En cinco segundos, nos dice el Gobierno, se perdió el 60% de la electricidad consumida en ese momento y todo tipo de aparatos electrónicos se fueron a negro. Entonces comprendimos hasta qué punto dependemos de la energía eléctrica.
Sin posibilidad de enchufarnos a la red, las baterías empezaron a cotizarse y, sobre todo, nos demostraron la importancia de tener un pequeño kit de supervivencia eléctrico. Porque, ¿cómo podemos cargar el móvil cuando no tenemos electricidad?
La pregunta también resonó en casa de un servidor. Primero vino la decepción con la ya conocida respuesta a la pregunta «¿tú no tenías unas powerbanks?». Después, se encendió una bombilla (je): «siempre tenemos el coche».
Un refugio
Por suerte, no tuvimos que bajar al garaje pero utilizar el coche como una gigantesca batería externa no hubiera sido mala idea. De hecho, no es necesario tener un coche eléctrico aunque esta tecnología nos permite incluso ser más flexibles todavía.
Las tomas USB de los coches con motores de combustión nos sirven, generalmente, para enchufar pequeños aparatos eléctricos y nos pueden sacar de un apuro llegado el momento. Basta con arrancar el coche y conectarnos a uno de sus puertos o a la toma del mechero.
En este caso, la opción más básica y evidente llegada una situación como la que hemos vivido en España el 28 de abril de 2025 es la de cargar el teléfono móvil o una batería externa que ya en casa nos ayude a mantener los aparatos eléctricos con vida.
Generalmente, las tomas USB de los coches no son especialmente potentes por lo que necesitaremos dedicar más tiempo a cargar el teléfono móvil que en casa y seguramente tendremos que olvidarnos de la carga rápida. Como veremos, hay algunas excepciones a esto.
Si tu coche tiene ya unos pocos años, lo normal es que utilice un USB 1.0 o 2.0. Esto limita la carga a 500 mA. Con los teléfonos actuales, la carga será extremadamente lenta o, sencillamente, ralentizará su descarga si estamos utilizando el teléfono móvil en ese momento. Si el coche es más moderno, es fácil que las tomas USB-C entreguen de 5W de potencia en adelante, lo que es más que suficiente para cargar un teléfono móvil actual.
Otra solución si, como decíamos, el coche tiene unos años encima es el de utilizar un adaptador para la toma del mechero. En este caso, tiene una tensión de 12 voltios en corriente continua y su amperaje es de 10 A. La potencia máxima en este caso suele llegar hasta 120W por lo que la potencia máxima a la que podamos cargar el coche dependerá del adaptador utilizado.
En tiendas como Amazon es fácil encontrar productos por poco dinero con salidas de hasta 30W por lo que podremos cargar un teléfono móvil relativamente rápido o, llegado el caso, hasta un portátil si es necesario. Es decir, no es mala idea llevar un adaptador de estos en el coche. No sólo es cuestión de que en caso de apagón podamos cargar el teléfono, también es interesante si, por ejemplo, hemos sufrido una avería y tenemos que esperar durante horas hasta que nos llegue una asistencia.
Las posibilidades se multiplican con un coche eléctrico. Actualmente, la mayor parte de los que se venden en el mercado llegan con tecnología V2L (Vehicle to Load), un estándar de carga bidireccional que permite cargar la mayoría de los aparatos electrónicos que tenemos en casa porque, sencillamente, convierte a nuestro coche en un enchufe doméstico.
Para hacernos una idea, el coche se convierte en una enorme batería con ruedas que puede suministrarnos electricidad a 3,4 kW. Es decir, podemos enchufar fácilmente un microondas y, por ejemplo, cenar caliente pese a estar en mitad de un apagón. De nuevo, es una solución interesante si queremos pasar un noche fuera de casa y queremos hacer un uso puntual de un aparato de alto consumo como este.
Hay que tener en cuenta que un aparato como un microondas puede superar fácilmente 1 kW de potencia para poder funcionar. Por lo tanto, no podríamos ponerlo en marcha sin este tipo de tecnología V2L. De nuevo, es una opción interesante sin necesidad de enfrentarnos a un apagón. Si queremos pasar una tarde en el campo y disfrutar de un café después de comer, una cafetera de cápsulas puede ser la solución. Y más útil, podemos aprovechar para tener un colchón hinchable allí donde vayamos.
Los dos casos anteriores no son aislados. Hablando con otros compañeros de profesión que tienen coche eléctrico, algunos de ellos sí nos han confirmado que aprovecharon las baterías del coche para dar servicio a diversas herramientas del hogar y, de hecho, se lamentaban de que en España no esté permitida la tecnología V2H (Vehicle to Home) o V2G (Vehicle to Grid).
Con la tecnología V2H se puede volcar la batería de un coche eléctrico a una casa. Aunque en la mayor parte de los casos el propio coche reserva un porcentaje mínimo que suele estar en el 20%, esta carga bidireccional podría suministrar decenas de kWh a una casa, lo que puede servir para mantener con servicios mínimos una vivienda durante varios días.
La tecnología V2G permite, incluso, lanzar electricidad acumulada en el coche a la red eléctrica general y, por tanto, los coches eléctricos podrían actuar como almacenes de energía eléctrica que puede ser utilizada en casos de emergencia.
Foto | Hyundai
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La noticia
Sin luz en casa, muchos españoles recurrieron a otro «refugio» para cenar caliente o cargar el móvil: su coche
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alberto de la Torre
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