Los desiertos de EEUU tienen 1.200 GW solares para la IA. El único problema es que las Big Tech no se atreven a usarlos

Los desiertos de EEUU tienen 1.200 GW solares para la IA. El único problema es que las Big Tech no se atreven a usarlos

Los centros de datos son las nuevas fábricas del siglo XXI. Y como cualquier fábrica, necesitan energía. Mucha energía. Las principales empresas tecnológicas están construyendo y operando grandes centros de datos que permiten ofrecer servicios (el vídeo o los videojuegos en streaming, por ejemplo), pero también donde se entrenan los diferentes modelos de inteligencia artificial. El problema es que cada vez necesitan más y más, lo que se traduce en una demanda creciente de energía.

Y aunque hay quien apuesta por la energía nuclear y por la reactivación de los combustibles fósiles, un estudio considera que el futuro está en la energía solar fuera de la red energética. El problema es que, aunque la solución suena genial, no se está aplicando.

Hiperescalistas. Este es un término importante. Las empresas tecnológicas que operan infraestructuras de computación en la nube a escala global son los conocidos como ‘hiperescalistas’. Sus centros de datos son cruciales para el desarrollo de servicios digitales, pero también para el ‘big data’ y el avance de la IA, y el término “hiperescalistas” responde a que esos centros de datos se pueden escalar de manera rápida y bajo demanda.

¿Escalar… cómo? Pues, dependiendo de las necesidades de esa empresa y el abanico que quiera cubrir, esa escalabilidad se traduce en más almacenamiento, un procesamiento más rápido o un mayor ancho de banda en la red.

Demanda. Los principales jugadores en esto son Google, Microsoft, Meta o Amazon y aunque tienen capacidad para ampliar sus centros de datos, se están topando con un problema enorme: la cantidad de recursos que consumen. En los grandes centros de servidores, el consumo de agua siempre ha sido un problema que las compañías han ido resolviendo de diferentes maneras para ser más responsables con el medioambiente, pero la llegada de la IA ha sido una revolución.

Entrenar y mantener estos modelos consume una gran cantidad de recursos energéticos y, aparte del agua para disipar el calor de los servidores, se necesita una gran capacidad energética. Tanto es así que, aunque hay empresas construyendo centros de datos más sostenibles a nivel estructural, la demanda energética es tan brutal que requieren carbón y gas natural para satisfacer la demanda. Y algunas como Google o Meta que van a usar energía nuclear para alimentar sus necesidades

Energía fuera de la red. Contextualizado el problema y viendo que esas necesidades energéticas juegan en contra de la descarbonización, investigadores de empresas como Stripe, Paces o Scale Microgrids se han puesto manos a la obra para determinar la mejor solución para alimentar a esos centros de datos de manera sostenible. Su conclusión la han presentado en un estudio en el que estiman que la demanda total de energía de la IA para 2030 oscilará entre 30 y 300 GW.

En el caso de los centros en los que se realice el entrenamiento de la IA, esa demanda será de entre 15 y 150 GW. Es un abanico enorme, pero la solución que plantean y que consideran óptima es la de creación de microrredes fuera de la red, alimentadas por energía solar. Según ellos, sistemas con un 44% de energía solar ya son competitivos en costes frente a los basados solo en gas, y los que alcanzan el 90% de renovables pueden ser aún más rentables que proyectos nucleares como Three Mile Island de Microsoft.

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Las manchas verdes son las parcelas verdes para un escenario 90/10

Construir donde pegue el Sol. La ventaja de este sistema es que su construcción es rápida porque no tienes que reactivar una central nuclear. No estás atado a lo que demande el mercado energético, conflictos geopolíticos no te dejan sin suministro, es energía limpia, comprar paneles solares es cada vez más barato y, sobre todo, es fácilmente escalable. Si se necesita más energía, es tan sencillo como añadir más paneles, pero lo más importante de esta ecuación es que pueden construir estos centros en los lugares óptimos.

A diferencia de los centros de servidores, que sí requieren estar cerca del usuario final para ofrecer un mejor servicio, los centros de datos en los que se realiza el entrenamiento de la IA tienen flexibilidad geográfica. Esto implica que pueden instalarlos en zonas con una radiación solar óptima y en sitios en los que los terrenos sean baratos.

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Zonas óptimas

Zonas óptimas. En el estudio han identificado parcelas en Estados Unidos con un potencial para hasta 1.200 GW de energía solar fuera de la red, con respaldo del gas y una zona óptima con grandes explanadas y radiación durante un gran porcentaje del año. Así, California, Nevada, Arizona, Nuevo México y el este de Texas serían lugares ideales para albergar esos centros de datos alimentados por energía solar fuera de la red en un 90%, con el 10% restante respaldados por gas.

Más allá de esto, el estudio apunta que la mayor parte de la tierra adecuada es privada, por lo que se puede comprar para construir estas instalaciones y que, además, muchos se encuentran dentro de tierras que permitirían obtener subvenciones. Si se empieza hoy, el lazo de construcción sería de entre 12 y 24 meses y todo parece positivo, pero no se está haciendo.

Si tan bueno es… ¿por qué no se hace? Según los investigadores, hay tres cuestiones que entran en juego. Dos están muy relacionadas y tienen que ver con que esto del entrenamiento de la IA es un fenómeno muy reciente. Los diseñadores de los centros de datos han sido, históricamente, escépticos a la hora de desengancharse de la red debido a que lo que querían era potenciar, sobre todo, la fiabilidad. No pueden quedarse un segundo sin energía, vaya.

Relacionado con la tendencia histórica está la inercia: nunca se ha hecho antes, pese a que la tecnología actual permitiría operar sólo con renovables (como ya hacen algunos países). Y el tercer motivo es el coste, 23 dólares por MWh, concretamente. Los paneles son cada vez más asequibles, pero es más caro que no comprar esos paneles -evidentemente-. Ahora bien, los investigadores señalan que ese coste extra se amortiguaría por el coste de las emisiones y compensaciones que se evitarían a corto plazo.

Por tanto, estas microrredes solares fuera de la red parecen una vía rápida para alimentar los centros de datos a gran escala, pero aunque la tecnología está madura, parece que pasar´un tiempo hasta que veamos grandes centros de datos alimentados en un 90% por su propia energía renovable. Estiman que, en definitiva, la tecnología está lista, pero las tecnológicas… no tanto.

Imágenes | Xataka, Md mns

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Los desiertos de EEUU tienen 1.200 GW solares para la IA. El único problema es que las Big Tech no se atreven a usarlos

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Xataka

por
Alejandro Alcolea

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