Las Big Tech están en medio de un cambio. No el de la inteligencia artificial –que también-, sino el de lograr la neutralidad de carbono. En este camino a la descarbonización con objetivos para 2030 y 2050, Apple es una de las compañías que más interés tienen en que los usuarios sepan que se preocupan por el medio ambiente.
De hecho, en el evento de presentación del iPhone 15 y del Apple Watch Series 9, siendo uno de los eventos tecnológicos más importantes del año, la compañía compartió un divertido vídeo. En él, sus mandamases se reunían con la representación de la Tierra para informar sobre sus progresos en reducción de emisiones, la instalación de paneles solares en California y el aumento de materiales reciclados en sus dispositivos.
Pero las renovables no son suficiente para lograr esos objetivos, y Apple ha tomado la decisión de plantar decenas de miles de árboles. Lo está haciendo en Brasil con el objetivo de reconvertir pastizales en bosques que atrapen carbono, pero no es oro todo lo que reluce.
Un bosque dos veces más grande que Manhattan
Hay una tendencia entre las empresas que estamos viendo estos últimos años. Para reducir las emisiones de carbono no basta con instalar más renovables, reducir el consumo en sus centros de datos y optimizar el transporte. En Fast Company leemos que esas acciones no son suficientes para llegar a los objetivos y que el secreto está en la captura directa de CO₂ (y hay polémica al respecto sobre su eficacia).
Estamos viendo cómo hay compañías que están investigando la creación de edificios que capturen dióxido de carbono, pero también experimentos para descubrir qué tipo de árboles son los que más CO₂ atrapan. Apple ha reducido las emisiones en un 60% en comparación con 2015 y esperan llegar al 75% de cara a 2030. El problema es superar esa cifra y llegar al 100% de cara a 2050.
Chris Busch es el Director de Iniciativas Ambientales de Apple y comenta que no tienen “una línea clara de visión de cómo evitar esas emisiones en la actualidad”. Parece que han llegado a un punto en el que el uso de renovables no es suficiente y hay que pasar a un nuevo enfoque. “Y ahí es donde la naturaleza viene a jugar un papel”, comenta Busch.
En 2021, Apple destinó 200 millones de dólares a un fondo para ayudar en la creación de proyectos medioambientales y de eliminación de carbono, algo para lo que prometió 200 millones de dólares adicionales en 2023. Durante estos dos últimos años, diferentes asociaciones con el apoyo de este miembro de las Big Tech han replantado más de 10.000 hectáreas en una zona al suroeste de Brasil.
La idea es reconvertir zonas antiguamente destinadas al pastoreo y la ganadería en bosques que no sólo recuperen los árboles para capturar CO₂, sino también la vuelta de fauna local como conejos y pumas a un ecosistema que había quedado muy dañado por otro tipo de actividades. Se trata de un esfuerzo parte de un programa mayor que busca restaurar casi 300.000 hectáreas de tierra degradada en Brasil, Uruguay y Chile.
Apple no sólo está ayudando económicamente, sino también a nivel tecnológico. Y, evidentemente, esto no es desinteresado. “Lo que pretendemos es generar un rendimiento financiero como inversor en estos proyectos”, comenta Busch. Ese rendimiento será en forma de menores pagos por sus emisiones de CO₂ y el directivo también comenta que el objetivo global es compartido. “Tenemos que reducir las emisiones lo antes posible, pero también poner fin a la deforestación y aumentar la eliminación de carbono para mantenerse dentro de los 1,5 grados”, apuntó.
Y esto no va sólo de plantar árboles. Los de Cupertino están apoyando tecnológicamente en la monitorización del proyecto, como la medición del diámetro del tronco de los árboles, pero no son los únicos. Google, Meta o Microsoft también han creado coaliciones para plantar árboles y compensar sus emisiones de gases de efecto invernadero, y compañías que no están dentro de ese selecto grupo también tienen en marcha iniciativas de reforestación.
No es plantar por plantar
Ahora bien, hay que tener cuidado con el tipo de árboles que se plantan en estos programas de reforestación. Y con otros factores en realidad. En Fast Company apuntan a una polémica en esta reforestación en concreto porque están plantando eucaliptos. Son árboles con potencial para evolucionar en terreno castigado, como pueden ser los antiguos pastos para animales, y crecen rápidamente absorbiendo grandes cantidades de CO₂.
El problema es que la reforestación reduce las precipitaciones y los eucaliptos, precisamente, necesitan agua, por lo que los críticos apuntan que estas plantaciones lo que hará será acabar con las reservas de agua subterránea. También se han producido acciones cuestionables. En Pakistán, programas de reforestación masiva entraron en conflicto con las prácticas de comunidades nómadas, algo que también se ha producido en lugares de China o de la propia Brasil.
No hay que irse tan lejos: en Europa estamos reforestando áreas enormes con árboles que son aptos para esa reforestación, pero que puede que no lleguen al 2100. ¿El motivo? Son especies que o no son autóctonas o, aun siéndolo, se están plantando sin tener en cuenta posibles plagas futuras o los efectos del cambio climático.
También se han realizado investigaciones que apuntan que la eficacia de estos proyectos es limitada. Como comentan en The Guardian, la mayoría de estos proyectos no generan beneficios climáticos reales y hay zonas que están siendo reforestadas en las que no había un riesgo real de deforestación. El punto por el que se han emprendido algunas acciones es por la sobreestimación de las emisiones evitadas. Y el estudio no apunta a un 10 o un 20% de estas acciones de reforestación, sino a un 90% de las mismas.
De la manera que sea, plantar árboles es positivo siempre que se haga con cabeza, pero como apuntó hace unos años Forrest Fleishman, un experto en plantación masiva de árboles, más que plantar árboles, hay que hacerlos crecer.
Imágenes | Apple
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La noticia
Apple no sabe cómo cumplir sus objetivos medioambientales, así que han empezado a plantar árboles a lo loco
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
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