Cuando el auge del ecologismo se convirtió en parte de nuestras vidas por culpa del cambio climático, una de las tendencias a nivel global que más acaparó la opinión pública fue el cambio de las pajitas de plástico por las pajitas de papel. La idea partía de ofrecer una alternativa verde a un material que se había convertido en una fuente de contaminación, pero cuando los estudios empezaron a analizar las nuevas pajitas, el discurso se desmontó por completo.
Al analizarse 39 marcas de pajitas de papel y descubrirse que el 90% de ellas contenían químicos famosos por su persistencia en el medio ambiente, la etiqueta de alternativa ecológica quedó completamente en entredicho. Lo que apuntaba a ser una solución ecológica, en realidad no lo era tanto, y las voces que demandaban un cambio drástico en la contaminación de las empresas frente a medidas simbólicas como la de las pajitas, se sumaron a las de una opinión pública que ha terminado cuestionando la fiabilidad de estos movimientos ecologistas. Por suerte, aún quedan voces capaces de revivir ese espíritu. Spilled es un cozy que, pese a las quejas, quiere devolvernos al camino de cuidar nuestro planeta.
Un cozy game con el ecologismo por bandera
No es el primer videojuego que abraza el tema del ecologismo como motor de sus mecánicas, pero desde que empezó a pasearse en forma de pequeños vídeos y gifs por mis redes sociales, captó por completo mi atención. Sus preciosos escenarios de estética pixelart, sumado a lo que apuntaba a ser una experiencia de lo más relajante, hizo que irremediablemente me acercase a él cuando tuve la oportunidad.
La idea detrás de Spilled es que, con un barco como protagonista, paseemos por distintos escenarios limpiando derrames de residuos que están ensuciando el lecho marino. Lo que durante los primeros instantes de cada zona es una piscina de suciedad en la que apenas puede verse el fondo, poco a poco va dejando paso a un bellísimo mundo submarino plagado de criaturas.
Su bucle jugable, más allá del mensaje sobre ecologismo, nos invita a recoger cuanta más suciedad mejor para luego reciclarla en una planta cercana y que, con el dinero que obtengamos de ello, podamos ir subiendo de nivel nuestro barco para hacer que se mueva más rápido, podamos recoger una mayor cantidad de residuos, y tenga una mayor capacidad de basura para no tener que correr hasta la planta de reciclaje por miedo a quedarnos sin hueco.
Una idea fantástica que, ya desde su demo, me demostró que era una alternativa muy similar a la de otros juegos de limpiar como Powerwash Simulator, pero que gracias a su simpleza podía resultar mucho más relajante. Uno de esos juegos ideales para ponerte mientras escuchas un podcast, por ejemplo. Sin embargo, pese a que su escueta demostración consiguió que me acercase a él aún con más ganas, su versión final me ha dejado bastante más frío.
Más allá de recoger los residuos que flotan sobre el agua pasando con nuestro barco aspiradora sobre ellos, Spilled va introduciendo poco a poco más objetivos y formas de ganar dinero. A los animales que se encuentran escondidos a plena vista por el escenario, y que deberemos salvar del crudo vertido por los barcos como si fuesen un coleccionable, pronto empiezan a sumarse otros pequeños retos.
Spilled se merece dejar un sabor de boca aún mejor
El primero de ellos, el que nos obligará a invertir cada vez más en la aspiradora inicial para aumentar su amplitud, consiste en recoger grupos de botellas que algún desalmado ha tirado al agua para arrastrarlas hasta la planta de reciclaje. Más tarde, gracias a un gancho, podremos también recoger barriles ocultos en la profundidad de los ríos para hacer lo propio.
Entre recoger basura y arrastrar objetos que algún NPC en forma de barco parece haber perdido y nos reclama al llegar a un nuevo escenario, Spilled sumará también un cañón de agua que nos servirá para limpiar la suciedad que esté fuera de nuestro alcance en tierra firme, pero también para apagar fuegos o congelar zonas en las que parece haber un problema de deshielo.
Es una idea tan buena como suena, pero una que lamentablemente tiene las patas demasiado cortas. Tras superar varios escenarios, e incluso vencer a un jefe final, habiendo completado todos y cada uno de los retos que el juego ponía ante mí, estaba ansioso por descubrir con qué nueva cucamonada estaba a punto de sorprenderme.
Habían pasado poco más de 40 minutos cuando, para mi sorpresa, los créditos echaron a rodar. No me malinterpretar, no es el primer juego corto al que me enfrento y soy un firme defensor de que no hay que alargar las cosas por el mero hecho de hacerlo, pero debo reconocer que en el caso de Spilled esperaba algo más. Un nuevo escenario en el que iniciar el mismo ciclo, la posibilidad de ver nuevas mecánicas, algo más que simplemente volver a recorrer los escenarios que ya había limpiado y donde no había dejado nada por hacer.
¿He disfrutado todos y cada uno de esos 40 minutos que comentaba? Sin lugar a dudas. Todo lo que prometía el juego desde sus tráilers, desde la experiencia relajante hasta lo bonito de sus escenarios, está innegablemente ahí. También esa promesa de luchar por la naturaleza, con 0,10 dólares de cada venta en Steam destinándose al cuidado de la fauna marina, pero mentiría si no dijera que me ha dejado con ganas de más. Ojalá funcione aún mejor de lo que esperan y pronto nos sorprendan con más escenarios y novedades porque, sin lugar a dudas, Spilled se merece dejar un sabor de boca aún mejor.
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La noticia
Cambiar las pajitas de papel por las de plástico ha conseguido que muchos aborrezcan el ecologismo. Spilled es el cozy que quiere cambiar eso
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3DJuegos
por
Rubén Márquez
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